Existen una serie de medidas sencillas para prevenir complicaciones antes de someterte a una intervención de cirugía plástica: No fumar, ya que es conocido como disminuye la vascularización de la piel en la gente que fuma, esto secundariamente puede dar lugar a un retraso en la vascularización y necrosis de tejidos, especialmente en intervenciones como la mastopexia, abdominoplastia y el lifting facial. Encontrarse con el peso adecuado, pues la cirugía plástica y estética no es para perder peso. No tomar en los días previos fármacos que puedan afectar a la coagulación, como son la aspirina y otros anticoagulantes que pueden favorecer un sangrado. Avisar al cirujano y al anestesista de las posibles reacciones alérgicas que se hayan podido tener previamente a medicamentos. Estar correctamente tratado de enfermedades que pueden favorecer retraso en la cicatrización o sangrados, como la hipertensión arterial y la diabetes. Estar en ayuno las 6 horas previas a la intervención tanto para líquidos, como para sólidos. Conocer ejemplos de como pueden ser de forma aproximada las cicatrices resultantes de la intervención para no llevarse a malentendidos, ni bajos niveles de satisfacción. Asegurarse de que el hospital o clínica dónde se realiza la intervención cumple todos los estándares de calidad y se dispone de un anestesista. Que el cirujano plástico esté titulado, pues aunque esto sea algo muy evidente existe un porcentaje relativamente alto de médicos que realizan intervenciones propias de cirugía plástica y estética sin estar habilitados para ello. La mejor manera de asegurarse es dirigirse a la web de la SECPRE ( Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética). No pensar que porque alguien se haya realizado la misma intervención o una parecida, se pueda conseguir exactamente el mismo resultado, pues cada caso es diferente.
